Terapia Familiar e intervenciones de pareja
La terapia de pareja o de familia trabaja sobre las interacciones que el grupo familiar trae con el fin de aliviar las tensiones entre los miembros de la familia/pareja. Se centra en abordajes metas familiares que mejoren la calidad de las relaciones, reduzcan las tensiones internas y externas y mejoren el funcionamiento familiar global.
Idealmente la terapia de familia atiende al mayor número posible del grupo familiar, también se puede realizar con parte de la familia presente. Independientemente que estemos trabajando con una parte de la familia o la totalidad de núcleo familiar, abordaremos la familia como una unidad, como un sistema. También analizaremos la manera que tiene de relacionarse con su comunidad, las instituciones (laborales, religiosas, o educativas) y los grupos de pertenencia, con el fin de mejorar sus vínculos y interacciones y comunicaciones.
Trabajaremos con información relativa a la familia nuclear así como las familias de origen. A medida que vayamos entendiendo mejor como se relaciona el grupo familiar y cómo se han relacionado las generaciones anteriores con las dificultades, iremos resolviendo los temas de hoy.
Desde el principio del tratamiento, las tensiones familiares se abordarán prioritariamente. Nombrar e identificar las dificultades, estructurando objetivos, definiendo y comprendiendo la distribución de roles y qué depositaciones se están realizando en el miembro aparentemente más frágil del grupo, así como la promoción del autocuidado irá siendo abordado sistemáticamente. De ésa manera, el grupo familiar irá comprendiendo sus patrones de funcionamiento permitiendo que la familia afronte de manera diferente la resolución de sus dificultades y se vayan permitiendo realizar los cambios que vayan considerando necesario para mejorar sus vínculos.
A menudo, uno de los aspectos más frustrantes del conflicto relacional es que “la persona problemática” no responde a “los sacrificios” que el resto de la familia hace “por mejorar la situación”. A veces, incluso, la persona está aceptando esos cambios y beneficiándose de ellos, pero no es lo que la persona necesita. Por ello, comprender las necesidades del otro facilitará el camino para que los cambios familiares e individuales faciliten lo que cada miembro familiar reciba lo que necesita (no lo que la familia cree que necesita)
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